Sin duda la importancia de las competencias laborales en las
organizaciones adquieren mayor interés, porque estas competitividades se tratan
de tener capacidades efectivas que permitan llevar a cabo las tareas y las
asignaciones diarias del trabajo, es decir las competencias también conocidas
como habilidades laborales En esta metodología, se va desglosando el propósito
principal en funciones, bajo una relación de resultado-causa donde cada función
debe delimitarse y separarse de su contexto laboral concreto.
Propósito Principal: describe la razón de ser de la actividad
productiva, le empresa, o sector, según sea el nivel en el cual se está
llevando a cabo el análisis. El resultado de la actividad que se analiza se
describe en forma concreta.
Función (Función clave): proceso integrado y articulado de
procedimientos que involucran desempeños individuales, dirigidos al logro de
los objetivos de producción de bienes o servicios.
Función (Función Principal):
contiene de manera más precisa y orgánica el procedimiento seguido en el
proceso productivo. Permite el ordenamiento de los diversos procedimientos
técnicos y organizacionales en una determinada Área de Competencia Laboral.
Unidad de Competencia: agrupa
los aportes y logros individuales (como elementos de competencia) y
reconceptualiza el denominado puesto de trabajo, pudiéndose observar diversos
puestos integrados, redefinidos en términos de funciones productivas. La unidad
no sólo se refiere a las funciones directamente relacionadas con el objetivo
del empleo, incluye cualquier requerimiento relacionado con la salud y la
seguridad, la calidad y las relaciones de trabajo.
Elemento de Competencia: parte constitutiva de una unidad de competencia
que corresponde a la función productiva individualizada, es decir, que expresa
lo que una persona debe ser capaz de hacer en el trabajo. Están referidos a
acciones comportamientos y resultados que el trabajador logra con su desempeño.
Se completan con criterios de desempeño, evidencias de desempeño, evidencias de
conocimiento y el contexto de aplicación.
1.
Competencias laborales básicas
Como
su nombre lo dice, las competencias laborales básicas son las habilidades
esenciales que tiene una persona. Este tipo de competencias suelen ser
universales, y abarcan una serie de conocimientos que son adquiridos por una
persona desde muy temprana edad y que se afianzan con la educación formal.
Algunos ejemplos son la lectura, la escritura, las matemáticas, la gramática, entre otros. De estas, se derivan dos subgrupos.
Competencias
personales:
En
este subgrupo entran las aptitudes que se aprenden con la educación formal,
como lo son las operaciones básicas de la matemática, la lectura, la escritura,
entre otros.
competencias
sociales:
A este
grupo pertenecen aquellas destrezas que se relacionan con la conducta básica y
la interacción con el otro, como lo son los modales, la comunicación y la sana
convivencia.
Las
competencias laborales básicas son fundamentales para el desarrollo de
cualquier conocimiento posterior. Estas habilidades pueden ser desarrolladas
por cualquier persona, y con ellas aumenta la posibilidad de adquirir otro tipo
de competencias que serán fundamentales para el progreso personal y
corporativo.
2.
Competencias laborales genéricas
Las
competencias laborales genéricas o transversales, son competencias
profesionales que abarcan los aspectos generales del mundo corporativo. Estas
competencias están estrechamente relacionadas con el pensamiento creativo y la
inteligencia emocional, y van a ser útiles en cualquier disciplina o campo
laboral.
Una
persona que posea competencias laborales genéricas se caracteriza por tener una
personalidad proactiva y creativa. Otras cualidades serían la adaptabilidad, la
comunicación, el trabajo en equipo, la solución de conflictos, el gusto por el
aprendizaje, la planificación y gestión, la orientación a resultados.
En
este punto es importante aclarar que, a diferencia de las competencias
laborales básicas, las genéricas no son destrezas que tengan todas las
personas.
Pero
no hay que preocuparse por eso, pues son competencias que pueden ser aprendidas
como si se tratara de cualquier conocimiento.
Al ser
este tipo de competencias una suerte de requerimiento enfocado en las empresas
es fundamental que las personas encargadas de recursos humanos entiendan cuál
es la atmósfera corporativa de su empresa y, así, buscar un perfil que tenga
competencias genéricas que se adapten a ese entorno en particular.
Por ejemplo, si hablamos de una empresa que se enfoca en la creatividad, el candidato deberá ser una persona creativa.
3.
Competencias laborales específicas
Como
su nombre lo indica, estas habilidades van hacia lo específico. Mientras que en
las competencias laborales genéricas hablábamos de destrezas que se enfocan más
en el ambiente corporativo, estas competencias se relacionan con el
conocimiento y el oficio en concreto.
Sin
embargo, este tipo de habilidades van de la mano con las competencias
genéricas. En ese orden de ideas, si, por ejemplo, una persona posee
habilidades para la solución de problemas, podrá desempeñar un cargo como
líder.
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