Sin duda la importancia de las competencias laborales en las organizaciones adquieren mayor interés, porque estas competitividades se tratan de tener capacidades efectivas que permitan llevar a cabo las tareas y las asignaciones diarias del trabajo, es decir las competencias también conocidas como habilidades laborales En esta metodología, se va desglosando el propósito principal en funciones, bajo una relación de resultado-causa donde cada función debe delimitarse y separarse de su contexto laboral concreto.

Propósito Principal: describe la razón de ser de la actividad productiva, le empresa, o sector, según sea el nivel en el cual se está llevando a cabo el análisis. El resultado de la actividad que se analiza se describe en forma concreta.

(wikipedia,2019)

Función (Función clave): proceso integrado y articulado de procedimientos que involucran desempeños individuales, dirigidos al logro de los objetivos de producción de bienes o servicios.

Función (Función Principal): contiene de manera más precisa y orgánica el procedimiento seguido en el proceso productivo. Permite el ordenamiento de los diversos procedimientos técnicos y organizacionales en una determinada Área de Competencia Laboral.

Unidad de Competencia: agrupa los aportes y logros individuales (como elementos de competencia) y reconceptualiza el denominado puesto de trabajo, pudiéndose observar diversos puestos integrados, redefinidos en términos de funciones productivas. La unidad no sólo se refiere a las funciones directamente relacionadas con el objetivo del empleo, incluye cualquier requerimiento relacionado con la salud y la seguridad, la calidad y las relaciones de trabajo.

Elemento de Competencia: parte constitutiva de una unidad de competencia que corresponde a la función productiva individualizada, es decir, que expresa lo que una persona debe ser capaz de hacer en el trabajo. Están referidos a acciones comportamientos y resultados que el trabajador logra con su desempeño. Se completan con criterios de desempeño, evidencias de desempeño, evidencias de conocimiento y el contexto de aplicación.

1. Competencias laborales básicas

Como su nombre lo dice, las competencias laborales básicas son las habilidades esenciales que tiene una persona. Este tipo de competencias suelen ser universales, y abarcan una serie de conocimientos que son adquiridos por una persona desde muy temprana edad y que se afianzan con la educación formal.

Algunos ejemplos son la lectura, la escritura, las matemáticas, la gramática, entre otros. De estas, se derivan dos subgrupos.

Competencias personales:

En este subgrupo entran las aptitudes que se aprenden con la educación formal, como lo son las operaciones básicas de la matemática, la lectura, la escritura, entre otros.

competencias sociales:

A este grupo pertenecen aquellas destrezas que se relacionan con la conducta básica y la interacción con el otro, como lo son los modales, la comunicación y la sana convivencia.

Las competencias laborales básicas son fundamentales para el desarrollo de cualquier conocimiento posterior. Estas habilidades pueden ser desarrolladas por cualquier persona, y con ellas aumenta la posibilidad de adquirir otro tipo de competencias que serán fundamentales para el progreso personal y corporativo.


2. Competencias laborales genéricas

Las competencias laborales genéricas o transversales, son competencias profesionales que abarcan los aspectos generales del mundo corporativo. Estas competencias están estrechamente relacionadas con el pensamiento creativo y la inteligencia emocional, y van a ser útiles en cualquier disciplina o campo laboral.

Una persona que posea competencias laborales genéricas se caracteriza por tener una personalidad proactiva y creativa. Otras cualidades serían la adaptabilidad, la comunicación, el trabajo en equipo, la solución de conflictos, el gusto por el aprendizaje, la planificación y gestión, la orientación a resultados.

En este punto es importante aclarar que, a diferencia de las competencias laborales básicas, las genéricas no son destrezas que tengan todas las personas.

 Pero no hay que preocuparse por eso, pues son competencias que pueden ser aprendidas como si se tratara de cualquier conocimiento.

Al ser este tipo de competencias una suerte de requerimiento enfocado en las empresas es fundamental que las personas encargadas de recursos humanos entiendan cuál es la atmósfera corporativa de su empresa y, así, buscar un perfil que tenga competencias genéricas que se adapten a ese entorno en particular.

Por ejemplo, si hablamos de una empresa que se enfoca en la creatividad, el candidato deberá ser una persona creativa.

3. Competencias laborales específicas

Como su nombre lo indica, estas habilidades van hacia lo específico. Mientras que en las competencias laborales genéricas hablábamos de destrezas que se enfocan más en el ambiente corporativo, estas competencias se relacionan con el conocimiento y el oficio en concreto.

Sin embargo, este tipo de habilidades van de la mano con las competencias genéricas. En ese orden de ideas, si, por ejemplo, una persona posee habilidades para la solución de problemas, podrá desempeñar un cargo como líder.


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